domingo, 8 de noviembre de 2015

1. Cádiz - Civitavecchia

La noche anterior a un gran viaje, ese que llevas tanto tiempo queriendo hacer, no puedes pegar ojo, no son nervios, es el ansia por salir, por descubrir nuevos sitios, conocer personas de otras culturas y sobretodo la incertidumbre que tienes por delante. Solo tienes ganas de cargar la moto y abrir gas, y una vez que lo haces desaparece ese ansia y se transforma en una euforia contenida que a los pocos kilómetros da paso a una tranquilidad absoluta y tus sentidos se abren para recoger todo lo que te ofrece un gran viaje.

Después de esta absurda introducción, vamos a relatar por etapas, que no días, nuestro viaje por Turquía, un viaje que duró 24 días y en el cual recorrimos 10,500 kilómetros y pasamos por diez países distintos.

4 Julio 2015

Muy temprano y casi sin pegar ojo salimos de Ronda (Manuel) y Cádiz (Javi) respectivamente, quedamos en una gasolinera a la salida de Córdoba. El primero en llegar es Manuel, y tras una media hora esperando bajo un calor sofocante llega Javi. Nos tomamos un 'algo' fresquito, nos contamos las impresiones que tenemos y como nos ha ido la mañana. Nuestra intención es llegar a Valencia no muy tarde y nos ponemos en marcha sin más preámbulo, por fin comienza el viaje.

Llegamos a Valencia un poco más tarde de lo que esperábamos y la moto de Javi comienza a hacer unos ruidos un tanto extraños, para cualquier entendido en motos sería fácil dar un diagnóstico fiable, pero los que nos conocen saben que nosotros de viajar en moto vale, pero de mecánica nada de nada, aún así Manuel piensa que es la cadena que está destensada. Por la mañana nos lo confirma nuestro amigo Rafa que estuvo echándole un vistazo, además comenta que el kit de arrastre está muy desgastado y que si la moto va a hacer 10,000 kilómetros mejor que pensemos en cambiarlo porque está en las últimas.

Manuel, Ignasi, Javi y Manuel Rubio en Motos Jovani en Barcelona
Manuel pone el protocolo de emergencia rápidamente y llama a nuestro amigo Ignasi (GR11 viajes) y se pone en contacto con su taller de confianza, Motos Jovani en Barcelona, y todo arreglado. En cuanto lleguemos a Barcelona le damos un toque y nos acerca al taller que ya están avisados que vamos a ir, si es que tenemos unos amigos que son la hostia. Y encima de todo gracias a la presteza de Ignasi nos da tiempo hasta de tomar un cafelito mientras cambian el kit de arrastre, ahí aparece la segunda sorpresa, Manuel Rubio de  “Moebius por el Mundo”, que se ha acercado a saludarnos, nos hace de guía por Barcelona y nos acerca hasta el Ferry, no sin antes parar a comprar algunas viandas para cenar y tomarnos una cerveza mientras nos cuenta su viaje por sudamérica. Da gusto conocer gente así.

Destino Mármara con Manuel Rubio
Que os vamos a contar del Ferry, como leones enjaulados estábamos, y eso que eran unas 20 horas o así, es lo único que teníamos reservado con antelación, a partir de aquí improvisaremos, que es lo que más nos gusta y como vamos sin GPS, pues mejor que mejor, más nos vamos a reir. Gran aburrimiento en el ferry. “Y así hasta las seis de la tarde de mañana” dice Manuel, habrá que armarse de paciencia, un pan con fuet y unas cervezas amenizarán la noche hasta mañana.

Seguro que más de alguno de ustedes habeis probado las exquisiteces de los desayunos de estos tipos de ferries, una verdadera chapuza, pero algo hay que echarle al cuerpo, tomamos nota para la próxima vez, 'Comprar el billete del ferry sin desayuno', que ya nos llevamos algo nosotros para comer y seguro que más comestible. Matamos el tiempo bajando las fotos y videos que hemos hecho y dando vueltas por el barco que no hay mucho más que hacer.

El barco llegó con una hora de retraso y llegamos a Civitavecchia a las siete de la tarde, no nos queda mucho de sol para encontrar un sitio para dormir, pero eso lo contaremos en la próxima entrega, que es dónde realmente empieza lo bueno.





Hasta entonces nos podeis seguir en Facebook en www.facebook.com/DestinoMarmara

No hay comentarios:

Publicar un comentario