La noche anterior a un gran viaje, ese
que llevas tanto tiempo queriendo hacer, no puedes pegar ojo, no son
nervios, es el ansia por salir, por descubrir nuevos
sitios, conocer personas de otras culturas y sobretodo la
incertidumbre que tienes por delante. Solo tienes ganas de cargar la
moto y abrir gas, y una vez que lo haces desaparece ese ansia y se
transforma en una euforia contenida que a los pocos kilómetros da
paso a una tranquilidad absoluta y tus sentidos se abren para recoger
todo lo que te ofrece un gran viaje.
Después de esta absurda introducción,
vamos a relatar por etapas, que no días, nuestro viaje por Turquía,
un viaje que duró 24 días y en el cual recorrimos 10,500 kilómetros
y pasamos por diez países distintos.
4 Julio 2015
Muy temprano y casi sin pegar ojo
salimos de Ronda (Manuel) y Cádiz (Javi) respectivamente, quedamos
en una gasolinera a la salida de Córdoba. El primero en llegar es Manuel, y tras una media hora
esperando bajo un calor sofocante llega Javi. Nos tomamos un 'algo'
fresquito, nos contamos las impresiones que tenemos y como nos ha ido
la mañana. Nuestra intención es llegar a Valencia no muy tarde y
nos ponemos en marcha sin más preámbulo, por fin comienza el viaje.
Llegamos a Valencia un poco más tarde
de lo que esperábamos y la moto de Javi comienza a hacer unos ruidos
un tanto extraños, para cualquier entendido en motos sería fácil dar un diagnóstico fiable, pero los que nos conocen saben que
nosotros de viajar en moto vale, pero de mecánica nada de nada, aún
así Manuel piensa que es la cadena que está destensada. Por la
mañana nos lo confirma nuestro amigo Rafa que estuvo echándole un
vistazo, además comenta que el kit de arrastre está muy desgastado
y que si la moto va a hacer 10,000 kilómetros mejor que pensemos en
cambiarlo porque está en las últimas.
Manuel, Ignasi, Javi y Manuel Rubio en Motos Jovani en Barcelona |
Manuel pone el protocolo de emergencia
rápidamente y llama a nuestro amigo Ignasi (GR11 viajes) y se pone
en contacto con su taller de confianza, Motos Jovani en Barcelona, y
todo arreglado. En cuanto lleguemos a Barcelona le damos un toque y nos acerca al taller que ya están avisados que vamos a ir, si es
que tenemos unos amigos que son la hostia. Y encima de todo gracias a
la presteza de Ignasi nos da tiempo hasta de tomar un cafelito
mientras cambian el kit de arrastre, ahí aparece la segunda
sorpresa, Manuel Rubio de “Moebius por el Mundo”, que se ha acercado a
saludarnos, nos hace de guía por Barcelona y nos acerca
hasta el Ferry, no sin antes parar a comprar algunas viandas para
cenar y tomarnos una cerveza mientras nos cuenta su viaje por
sudamérica. Da gusto conocer gente así.
Destino Mármara con Manuel Rubio |
Seguro que más de alguno de ustedes
habeis probado las exquisiteces de los desayunos de estos tipos de
ferries, una verdadera chapuza, pero algo hay que echarle al cuerpo,
tomamos nota para la próxima vez, 'Comprar el billete del ferry sin desayuno', que ya nos llevamos
algo nosotros para comer y seguro que más comestible. Matamos el
tiempo bajando las fotos y videos que hemos hecho y dando vueltas por
el barco que no hay mucho más que hacer.
El barco llegó con una hora de retraso
y llegamos a Civitavecchia a las siete de la tarde, no nos queda
mucho de sol para encontrar un sitio para dormir, pero eso lo
contaremos en la próxima entrega, que es dónde realmente empieza lo
bueno.
Hasta entonces nos podeis seguir en Facebook en www.facebook.com/DestinoMarmara
No hay comentarios:
Publicar un comentario