Dubrovnik |
El despertador lo teníamos puesto a
las nueve, nos toca día de relax y pensamos remolonear un poco que
ya toca, pero Manuel a las siete de la mañana se levanta y baja a
Dubrovnik para hacer fotos sin la plaga de turistas. A eso de las
nueve nos reunimos para desayunar en Dubrovnik pero la horda de gente
en chancletas ya ha hecho acto de presencia. Nos damos el paseo de
rigor por la ciudad recorriendola de abajo a arriba bajo un calor
sofocante, hace muchísima humedad y el ambiente es asfixiante, sin
duda el día de más calor de todo el viaje.