miércoles, 10 de febrero de 2016

5. Estambul - Göreme

Tras un fantástico día turístico por Estambul, nos disponemos a salir dirección Göreme, en la Capadocia, es nuestro destino más alejado de la salida, el situado más al este, uno de los motivos por los que vamos a Turquía y tenemos muchísimas ganas de llegar, nos han contado que es un sitio espectacular, mágico.

Vamos cruzando el puente del Bósforo, en poco más de un kilómetro estaremos de vuelta en Asia, después de cinco años de nuestro paso por Mongolia, volvemos al continente que nos recogió en nuestro primer gran viaje, pero eso es otra historia.

Zona boscosa por Yórükyeri
Muy pronto nos cansamos de la autopista y nos salimos por carreteras más comarcales, no hemos venido hasta aquí para conducir por autopistas, y pronto vemos unos paisajes que al menos ninguno de los dos nos hubiéramos imaginado con la imagen desértica y calurosa de Turquía, grandes parques naturales con enormes árboles, (nos encantaría saber que eran, pero al igual que de mecánica, de botánica, también andamos cortitos) y pronto desaparece el asfalto y cogemos las primeras pistas, ya nos sentimos verdaderamente inmersos en el viaje.

Una parada para comer un bocata y seguimos por esas carreteras de dios hasta donde nos lleven, pillamos una que estaban asfaltando y allí no la cierran al tráfico, allí 'venga tira pa'lante' que vas a flipar como va a llegar la moto de alquitrán, y así fue, tras unos cuantos kilómetros paramos una vez volvemos a la antigua carretera, y las motos están negras, llenas de bolitas y piedras embadurnadas en alquitrán. “Esto no puede ser bueno, ¿verdad Manuel?” pregunta Javi, y Manuel responde “en cuanto veamos una gasolinera paramos y le damos un manguerazo antes de que esto se seque”, pues nada dicho y hecho, lo malo es que con solo el manguerazo no sale ná de ná, nos conformamos con darle un poco a la matricula y a las cerraduras de las maletas. “Verás tú cuando esto se seque, nos vamos a 'jartá' de rascar” comenta Manuel.


A Manuel se lo quieren llevar de paseo

Javi con el panadero, el doctor
y el resto de parroquianos 

Llevamos un largo rato conduciendo y es hora de parar a tomar un té o un refresquito, decidimos parar en el primer pueblo que veamos, pero no nos esperábamos la parada tan auténtica que ibamos a tener. Ya cuando paramos nos resultó un poco raro que todo el mundo nos miraba como si fuésemos extraterrestres, solo decir la palabra 'bar', y salieron diciendo “si, si, si, si sentarse aquí”, (todo esto nos lo imaginamos que decían eso, claro, de turco, hasta la fecha, igual que de mecánica o de botánica). Una mesa de plástico con cuatro sillas, que además estaba ocupada por un parroquiano, nos sentamos junto a él y poco a poco va llegando gente, de momento nos plantan dos tés sobre la mesa y se sientan con nosotros a preguntarnos cosas, pero hay un fallo, no saben hablar inglés, claro que nosotros casi que tampoco, así que llaman al Doctor del pueblo, un hombre mayor, que es el único que se podía comunicar. Un dato importante es que el Doctor, traía ya en el bolsillo de la camisa un papel con su dirección escrita, más adelante sabremos por qué. Nos presentan al panadero del pueblo que no duda en traernos un pan recién hecho, para que fuéramos picando algo con el té, “esto está 'pa' matarse Manuel”, dice Javi. ¿Queréis más té?, bueno, ya que estamos, vamos a tomarnos otro, nos hicimos un par de fotos de grupo y ahí es cuando entra el juego el papelito del bolsillo del Doctor, sí, lo traía escrito ya de antemano, este hombre es un crack. Para que le mandáramos la foto por correo ordinario que nos acabamos de hacer, estos turcos están en 'tó'. Y así iban pasando los minutos y cuando nos ofrecieron el tercer té, tuvimos que desestimarlo, pues tenemos que avanzar que ya es un poco tarde y llevamos hora y media con esta buena gente, como nos quedemos aquí no nos dejan salir en un par de días. Al salir de nuevo, nos despedía el pueblo entero desde los bordes de la carretera, está visto que por aquí no pasan demasiados extranjeros, nos han animado el día y seguro que ellos ya tienen conversación para un rato.

Tras varios intentos frustados por acampar al aire libre, pasamos de unos bosques tremendos a una enorme y casi interminable zona árida, llegamos a Polatli donde decidimos quedarnos a descansar.

Salimos por la mañana temprano, como casi siempre, y nos ponemos en marcha, hoy tenemos por delante una visita al lago salado y lo que surja, antes de llegar a la tan ansiada Capadocia.

En el lago salado de Tuz Golu

Llegamos al lago salado, una de esas paradas que queríamos hacer, bajamos las motos y rodar un poco por Tuz Gölü fue fácil, lo complicado fue hacernos las fotos, a Javi se le hundía la moto en el barro y la de Manuel estuvo a punto de caer también, decididamente mejor que salgamos aquí antes de quedarnos los dos atrapados. No nos dimos cuenta que andamos cortitos de gasolina, pero no pasa nada, hemos visto varias cerca, paramos en dos o tres gasolineras y... ¡no hay gasolina!, nos explican que por allí hay mucha maquinaria de campo y que gasolina no suelen tener, solo diesel. Pues estamos apañados. Con la reserva dándonos gritos en las orejas por fin encontramos una, cruzamos los dedos y si!!! estamos de suerte, esta vez nos salvamos, menos mal, porque estamos en medio de la nada, una vez más demostramos lo previsores que somos.

En la ciudad subterránea de Nevhesir
Con el depósito lleno y todo en su sitio volvemos a la carretera dirección Nevsehir, queremos acercarnos para ver una de las famosas ciudades subterráneas de la zona en Derinkuyu. Salimos fascinados y con poco tiempo para comentar, queremos llegar a Göreme antes de que anochezca y al ritmo que vamos parece que nos va a volver a coger la noche, pero eso lo contaremos en la próxima entrega.





Hasta entonces nos podeis seguir en Facebook en www.facebook.com/DestinoMarmara

No hay comentarios:

Publicar un comentario